Así es, tanto en el deporte como en la vida misma. No siempre gana el mejor y también es cierto que a veces es mejor ser segundo que ganar, suerte que aplican incluso los grandes clubes de fútbol de Europa para enfrentarse a un equipo pequeño o tener el factor campo a su favor.
Este es el caso de Gabriel en la tercera gala de Tu cara no me suena todavía. Una actuación fantástica, sobresaliente y una imitación y gestualización al alcance de muy pocos. 45 puntazos de 48 posibles por parte del jurado y la sensación de que su versatilidad y buen hacer le haría volver otro programa si el público desde sus casas así lo deseaba.
Y esto es lo mejor que le pudo pasar a Gabriel y al programa, porque su repertorio es amplio y su calidad y riqueza artística también.
Es muy emocionante ver a la persona con la que compartes escenario y risas durante todo el año, a sus familias, amigos y compañeros de trabajo, vibrar como lo hicimos todos anoche. Se lo merece, es todo bondad y buen corazón y es un trabajador incansable.
Anoche se hizo justicia, justicia artística y tan sólo vimos la punta del iceberg, un iceberg enorme y lleno de voces clonadas y gestos que lo hacen un artista total.
Y lo mejor está por venir, y lo sabes…
Si no viste su actuación, la puedes ver completa aquí: